La inclusión de extranjeros tiene su referente en la parroquia Nayón. Todos los miércoles a las 19:00 se reúnen los extranjeros. Allí elaboraron las antorchas.
Fotos: Paúl Rivas/ EL COMERCIO
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MAYRA CAPÓN V. COORDINADORA Martes 03/12/2013
Nayón está ubicada a 10 minutos de la capital, por el noreste. Es una de las 33 parroquias rurales del Distrito. Este poblado cercano al valle de Cumbayá tiene una particularidad: es una comunidad de acogida a inmigrantes de otros países, quienes están organizados.
Por sus calles es común escuchar el dialecto colombiano, cubano y hasta haitiano. Son tres los parámetros que hacen de este un lugar atractivo para vivir y trabajar: la acogida de sus habitantes, la oferta laboral en los viveros y la ayuda legal y psicológica que reciben.
En el primer caso la comunidad se ha habituado a convivir con los inmigrantes. Por ejemplo, Silvia Viteri desde hace 10 años arrienda su casa a extranjeros, en el sector de Las Palmas. En ese tiempo ha ayudado a, por lo menos, 15 familias. Según su hija, Silvia Espinoza, no han tenido ningún problema. "Son respetuosos, responsables y pagan a tiempo la renta".
Ana Cáceres, cuya casa está junto al parque Central, tampoco tiene reparos en rentar a los inmigrantes. También coincide en que son personas tranquilas.
Andrés Chasoi, trabaja desde hace tres años en el vivero Servi Plantas. Cuando llegó desde el departamento Nariño estuvo seis meses en Nanegalito, otra parroquia del Distrito. Allí sintió discriminación, no tenía trabajo. Por eso decidió buscar otro sitio. Un amigo lo llevó a Nayón. "Aquí son amables, la gente es más allegada, se prestan para dialogar. Hay trabajo". En ese vivero trabaja con 10 de sus coterráneos. Se han ganado la confianza total de su empleadora Fanny Pilapaña.
La demanda laboral en los viveros es otros factor. En la Junta Parroquial no hay una cifra que indique cuántos viveros hay en al zona. Pero en el Plan de Desarrollo Territorial consta que de las 15 655 472 hectáreas de la parroquia, las 2 604 811 son destinadas a un uso agrícola. El cultivo y comercialización de plantas ornamentales tienen un aporte muy importante en la economía, pues representa el 80%. Tampoco hay cifras de cuántos extranjeros residen o trabajan en la parroquia.
Xavier Rodríguez un bogotano que llegó hace 12 años, dice que al menos de la parte de Nariño hay unas 100 personas. Explica que se formó una cadena, los primeros que llegaron convocaron al resto de amigos y familiares. Su familia también llegó por un conocido después del secuestro de su padre. Llegaron 11 personas: padres, hermanos, esposa e hija.
La familia tenía una fábrica de macetas de barro por eso vieron en Nayón un sitio para trabajar. Al principio los recibían con recelo. Ahora ya somos de la comunidad".
Un modelo a replicar El tercer factor que caracteriza a Nayón es la organización que han logrado entre los inmigrantes extranjeros. Desde julio pasado se reúnen todos los miércoles a las 19:00, en un aula de la Pastoral Social Cáritas Quito, junto a la iglesia.
Allí reciben asesoría legal, psicológica, laboral… sin costo. Asisten un promedio de 50 familias.
Karina Gualoto es la coordinadora del grupo, ella vivió nueve años en España. "Yo sé cómo se siente". Al principio los convocó de boca en boca. A la primera reunión acudieron 15 personas.
Uno de los propósitos es reinsertarles en la comunidad, pues muchos de ellos viven en situación irregular por lo que tienden a aislarse. Según Francisco Palomino, de la Pastoral de Movilidad, esta condición los vuelve vulnerables, pues no acceden a sus derechos básicos como el trabajo, educación, salud... En este tiempo, según Gualoto, se ha logrado que lleguen a confiar en las personas y a iniciar los trámites de regularización. Se ha logrado que 10 obtengan sus papeles, el resto está en proceso.
Cáritas Quito está replicando modelo de Nayón en el resto de parroquias eclesiásticas. Hay 172 en Quito. La que le sigue en organización es Chilibulo, allí las reuniones serán los jueves.
Luis Nieto, secretario general de Cáritas Quito, agregó que la Pastoral Social trabaja desde hace 18 años en el tema de Movilidad Humana y actualmente a las parroquias eclesiásticas asisten entre 40 y 50 familias de extranjeros. En la sede, en la avenida América y Mercadillo también se extienden los servicios de asesoría legal. La idea es orientarlos.
El grupo de colombianos en Nayón empieza a sentirse parte de la comunidad. Tanto así que el próximo 7 de diciembre organizarán el Día de las Velitas, una festividad tradicional de su país con la que se celebra a la Virgen de la Inmaculada Concepción. Se colocarán las velas en las calles aledañas al templo. Cristian Martínez, de 17 años, elaboró una antorcha con una botella y papel picado, para la festividad. Una de sus motivaciones para asistir al grupo es lograr su naturalización (obtener la nacionalidad ecuatoriana) para poder jugar fútbol de forma profesional.
Desde hace 10 años vive en el país junto con su madre y no ha podido arreglar su situación por no poder pagar abogados. En Nayón la gente no nos rechaza sino nos ayuda. Él juega en el equipo de la UTE. Mauro Narváez y Faruk Muñoz llegaron a la parroquia hace dos años, desde El Tablón, una comunidad de Nariño. Llegaron directo a Nayón por un amigo. Ellos pasaron 5 meses sin empleo porque no tenían su documentación en regla. Ahora con Cáritas su trámite está en proceso. Para ellos hay una oportunidad. Punto de vista Emmanuele Pierre Pdte.
Comunidad Haitiana en Ecuador Ecuador es un país de paso, Quito es solidario Desde el 9 de noviembre del 2010 llegamos a Quito con mi esposa. Aquí nacieron mis dos hijos gemelos. Antes trabajaba en República Dominicana, soy icenciado en Sociología. Cuando llegamos a Ecuador todo fue diferente por falta de conocimiento. Pasé un año sin trabajo, luego conseguí uno como guardia de seguridad. Desde octubre nuevamente estoy desempleado. No hay una cifra exacta de haitianos en Ecuador; hoy puede ser 600 mañana 500. La razón es porque Ecuador es un país de tránsito hacia Brasil. Hay la creencia que allí pagan USD 50 la hora. Además, el cónsul de Brasil ofreció visa permanente a los haitianos que viven en Ecuador. El problema en Ecuador son sus leyes, no hay facilidades para regularizarnos. Es muy difícil conseguir los papeles. Quito es una ciudad solidaria. En la calle la gente ya no nos mira con recelo. Ahora vivimos en Velasco, en el norte, la dueña de casa comprende nuestra situación. Con mi esposa tenemos 2 programas de radio.
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